1.6.10

Poema de María Elena Tolosa


Solo monedas

Un perro gime
Le quitaron su pan.
La noche llega
......... y hará frío.
Se incrementa
......... el hambre.
Tengo las manos
......... vacías,
solo monedas
que no sirven para nada.
Imagino su hambre
y mi soledad
dentro de unas horas
ni un hueso para roer,
ni una mano
que acaricie mi pelo.

© María Elena Tolosa

11 Comments:

Blogger Mónica Angelino said...

Tremendo grito a la injusticiaaaaa!!

Besossssss

1.6.10  
Blogger Nerina Thomas said...

Dolor a pleno. La razón hae que nazca el mismo.
Felicitaciones!!

1.6.10  
Blogger Edilberto González Trejos - Autor said...

Palabra dura, palabra de poeta y sublime verdad!

3.6.10  
Anonymous Anónimo said...

impactante!!!!
me gustó mucho tu texto, gracias por compartirlo!
francisco

4.6.10  
Blogger Elisabet Cincotta said...

Impactante, la injusticia-la impotencia.
besos
Elisabet

4.6.10  
Anonymous Anónimo said...

Un poema denuncia que refleja el abandono, la miseria, y la indiferencia como respuesta. Conmovedor.
un abrazo

Elisa Dejistani

5.6.10  
Anonymous Anónimo said...

Un poema social que da muestra de una realidad tan presente,aún en nuestros días.
Un abrazo, Juany Rojas

6.6.10  
Anonymous Anónimo said...

David Antonio Sorbille dijo...
Quedé desolado después de leer este magistral fresco de una realidad que estremece. Un abrazo.

7.6.10  
Blogger Unknown said...

María Elena
muy bello el poema aunque doloroso por su fondo. Ese perro, esa metáfora de un alma desolada, deja un rastro de gran tristeza en el corazón, pero la mirada del poeta debe ser a veces así de dura. Me gustó mucho. Eduardo Chaves

7.6.10  
Blogger jonatan marquez said...

Un abismo alambrando otro, y otro, y otro, hasta el principio de la belleza. Te felicito, y gracias. Un abrazo.

11.6.10  
Anonymous Anónimo said...

María Elena ¡Es tan bello ver como sales desde tus propias cenizas hacia un mundo que tus ojos describen fotográficamente! Y digo esto, ya que parece una imagen registrada en aquéllos negativos que dejaban ver al trasluz otro mundo.
Tu nueva capacidad de ver el dolor del otro, hacen que el dolor... duela.
Susana Giraudo

14.6.10  

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