Prosa de Sebastián Barrasa
Prejuicio final
Nada de lo que puede lastimarte, se te enfrenta a simple vista. Un veneno, una araña, las más ínfima de las cepas bacterianas, o el tercer aviso de ejecución de la hipoteca de tu departamento. Nada de esto puede tocarse; ni los banqueros, ni los gobiernos, ni los infiernos. No podés saber de antemano si la crema está agria o la carne rancia. Te despedirá un telegrama. Te quemará el cortocircuito de una lámpara. Nunca sabrás de dónde salió la bala o quién empuñó el cuchillo que se clavará en tu espalda.
Por eso, quedate tranquilo, podés jugar sin miedo, podés comer sin asco, entrá y salí de donde quieras, cuando quieras y cómo quieras; porque no es posible que la fatalidad se te acerque, ni un milímetro de más, ni una fracción de segundo antes, del instante sagrado de tu muerte.
© Sebastián Barrasa
11 Comments:
Profundamente bello.
Un abrazo,
Alicia Márquez
¡Prejuicio final!
&
eso de
ni los banqueros, ni los gobiernos
y desde allí:
ni los infiernos (!)
R. R.
tan cierto, Barrasa, tan cierto. Abrazo, Ro
¡Qué maravilla, Zaiper!
¿Para qué voy a redundar en elogios que ya te dije tantas veces?
Sólo me cabe agregar que estás enfermo de TALENTOSIS AGUDO.
APLAUSOS, BISES Y UN GRAN ABRAZO
María Rosa León
Amenazadoramente cierto... y tal vez por eso, fascinante y hermoso tu poema.
Celina
Ni un minuto antes ni uno después,el poema llegó en el momento justo y te agradezco esta buena poesía
María Amelia Diaz
Gran poema. un abrazo
Gracias Alicia, María Rosa, Rolando, Celina, María Amelia, Nerina, Ro
es un honor y un placer recibir vuestros comentarios.
zoológicamente pasional, así; así como sos vos.
Sensiblemente, Fanny
Excelente, amigazo. Qué dominio... a que le pega con las dos. Un abrazo.
Te admiro
Sos un grande, de verdad.
Beso azul
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