Prosa de Mónica González Velázquez
Buenos presagios
En forma de águila y con sigilo, llegaron los buenos presagios y se posaron sobre el tendedero, mientras una lavandera refregaba cuellos y calcetines, percudidos por la mugre y la cotidianidad necesaria en la superficie de las cosas; y luego revoloteaban extasiados por la luz parda de una pantalla china, allá donde se compran los remedios para casi todas las enfermedades que aquejan a la humanidad, en el callejón del Niño Perdido casi esquina con Eje Central; y más tarde, en la convalecencia de una súbita confusión de palabras, temblor de dedos, espalda arqueada y espuma escurriendo por las comisuras de unos labios blanquísimos sin nombre.
Y aunque parezca más difícil, en la máquina traga monedas y adentro de una burbuja transparente en un verso cuyas líneas sentencian: Estoy aquí, soy tu suerte. También estaban los buenos presagios.
© Mónica González Velázquez
Foto: Gustavo Tisocco
5 Comments:
Bienvenida Mónica a este espacio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicada.
Un abrazo Gus.
Bienvenida a este país de la palabra, y bienvenidos también los "Buenos presagios"!!
Un abrazo
me encantó este poema; gracias, Roxana Palacios
Un buen presagio que aquí estés.
!bienvenida!
Besossssssss
Sólo el poeta puede ver ciertos buenos presagios en medio de la realidad cotidiana.
Felicitaciones, Mónica porque cre que lo lograste.
Un gran beso de bienvenida
María Rosa León
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