4.7.10

Prosa de Mónica González Velázquez


Buenos presagios

En forma de águila y con sigilo, llegaron los buenos presagios y se posaron sobre el tendedero, mientras una lavandera refregaba cuellos y calcetines, percudidos por la mugre y la cotidianidad necesaria en la superficie de las cosas; y luego revoloteaban extasiados por la luz parda de una pantalla china, allá donde se compran los remedios para casi todas las enfermedades que aquejan a la humanidad, en el callejón del Niño Perdido casi esquina con Eje Central; y más tarde, en la convalecencia de una súbita confusión de palabras, temblor de dedos, espalda arqueada y espuma escurriendo por las comisuras de unos labios blanquísimos sin nombre.

Y aunque parezca más difícil, en la máquina traga monedas y adentro de una burbuja transparente en un verso cuyas líneas sentencian: Estoy aquí, soy tu suerte. También estaban los buenos presagios.

© Mónica González Velázquez
Foto: Gustavo Tisocco

5 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Bienvenida Mónica a este espacio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicada.
Un abrazo Gus.

4.7.10  
Blogger Nerina Thomas said...

Bienvenida a este país de la palabra, y bienvenidos también los "Buenos presagios"!!
Un abrazo

4.7.10  
Blogger macedonianos en Casa Scherpa said...

me encantó este poema; gracias, Roxana Palacios

4.7.10  
Blogger Mónica Angelino said...

Un buen presagio que aquí estés.
!bienvenida!

Besossssssss

6.7.10  
Anonymous Anónimo said...

Sólo el poeta puede ver ciertos buenos presagios en medio de la realidad cotidiana.
Felicitaciones, Mónica porque cre que lo lograste.
Un gran beso de bienvenida
María Rosa León

7.7.10  

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