10.8.10

Poema de Celina Vautier


PALABRAS

Cuidado poeta, tú no las olvides,
Pues son caireles de diamante puro.
Son los sonidos por los que tú vives,
son notas de la musa del amante,
son el puño que golpea a la puerta
del poderoso señor de los dineros.
Son el ensueño con que el seductor
envuelve con mentiras a su presa,
los laberintos de su alma inquieta,
los fonemas con que el ser se expresa.
Ellas rondan a veces tu cabeza
hasta que encuentran aquello que define
tu lengua muchas veces con torpeza.
Bailotean, se lanzan como flechas,
hieren o curan, duelen o embelesan,
son el milagro del hombre traduciendo,
en notas comprensibles y sonoras,
lo que da vueltas en su pensamiento
y de su corazón brotan traviesas.
Pero no creas lo que afirma el dicho:
a las palabras no se las lleva el viento.

© Celina Vautier
Foto: Gustavo Tisocco

7 Comments:

Blogger Nerina Thomas said...

El poder de la palabra!! si todos conocieran, la fuerza de lo que se expresa!!
Brillante!! Felicitaciones!!un cariño

10.8.10  
Anonymous Anónimo said...

La palabra queda. Genial. Felicitaciones, estimada Celina.
Un lujo.

éxitos
Cristian Gentile

10.8.10  
Anonymous Anónimo said...

Sí la palabra
un don y un lujo que tenemos los poetas
saber usarla
muy bueno
desde graciela abrazo

12.8.10  
Anonymous Anónimo said...

Muchas gracias por sus comentarios. Ven que es cierto? A la palabra no se la lleva el viento.
Celina

13.8.10  
Anonymous Anónimo said...

Muy, pero muy bueno, Celina. La poesía tradicional juguetea en tu texto pero no molesta porque todo está dicho de una manera lúcida y espontánea. A la palabra de los poetas no se las lleva el viento pero a la de los políticos, muchas veces, pareciera que se las lleva un huracán o tsunami como dicen ahora.
Besos.

Jorge Luis Estrella

13.8.10  
Anonymous Anónimo said...

A tus palabras, Celina, seguro que no se las puede llevar el viento.
AfortunaDAMENTE PARA LOS QUE TE ESCUCHAMOS Y LEEMOS.
Aplausos y besos con todo mi afecto y admiración
María Rosa León

14.8.10  
Blogger Adriana said...

Muy bueno, Celina. Gracias por este homenaje a la palabra, que es el pan nuestro de cada día. Ojalá recobre el prestigio y la fuerza que tenía, para que volvamos a confiar en los que la empeñan. Un beso. Adriana Maggio

16.8.10  

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