Poema de Marta Lía Brossa

Si fueran rosas amarillas...

No existe una receta
para tener vida en la mirada,
aunque los milagros requieran...
de la complicidad de los espejos,
de promesas pronunciadas o enunciadas en silencio,
de esperanzas impetuosas aunque sea domingo,
de murmullos y de flores sobre la cama,
de dolores enterrados bajo sandalias nuevas,
de sueños compartidos a la misma hora,
de permisos obligatorios para la locura;
no existe una receta
para tener vida en la mirada,
aunque los milagros requieran...
de extender puentes desde las manos,
de libertades azules encontradas,
de sembrar alegría sobre los manteles,
de sentir que los años son sólo tiempo
para aprender a mirar,
de llenar las copas con vino y lágrimas,
de perder los miedos;
no existe una receta
para tener vida en la mirada,
aunque los milagros requieran...
de percibir el sonido de los pasos
de pies que corren hacia un abrazo,
de ganar sonrisas en medio de mágicas rutinas,
de hacer una pausa en el peso de los siglos,
de apropiarse cada día de minutos genuinos
de felicidad sin medidas;
no existe una receta
para tener vida en la mirada,
aunque los milagros requieran...
de trajinar por la casa dejando otras huellas,
de presentir un beso bajo la lluvia,
de esperar un sol de madrugada,
de reflejarse en otros ojos,
de darse un baño de inmersión
robando algunos pétalos
a un ramo de rosas amarillas...

© Marta Lía Brossa