Prosa de Ana Guillot
Tiene los dedos untados en lodo. Busca en los orificios, los gusanos se prenden a esos dedos, se los traga con soberbia, con ansia. La niña escucha el abdomen de la tierra, pone el oído en el segmento más lúcido, escucha escucha escucha, los gusanos se trepan; ella mira sus movimientos, los mete entre sus deditos, los parte con las uñas, se los lleva a la boca. La boca es una flor de lis, un aire empedernido. La niña sabe que va a llover aún más, de nuevo. Se huele la longitud de la tormenta. El relámpago se hunde a los lejos y es atronador el silbido del cielo. La templanza de Zeus es cosa seria. Casandra tiene la ropa humedecida. Está descalza, desnuda, desmembrada. El ojo del cielo se impregna en su frente. La noche es una multitud de estrépitos. El viento se condensa en su vestido (como si la elevara en un baile, en una creciente certidumbre). Casandra tiene un ojo en la frente; cíclope entre las ninfas, entre las otras niñas frescas, casamenteras. Parpadea el ojo de Casandra, o está tieso, pensando la niñita. Regurgita lombrices, tose lo que se atasca, lo que duele. El relámpago es otra vez frontal. La niña ve y ve, no deja de mirar/de estar mirando el caballo y su noche interior. El llanto torrencial de su madre, Hécuba por el piso, gusano de los griegos, sumisa; Héctor en el lecho funerario, pasto de la hybris, Aquiles alcoholizado, tenso. Príamo que llora, por qué llora papá (piensa/habrá pensado). Andrómaca y el niño sueltos, como fantasmas. Y ella, Helena, hermosa jactancia de su sexo, mujer desparidora, amante. La niña ve y quiere ahora ser ciega. Vomita la infancia en esta noche. Reconstruye la luna, el timbre de las voces, los venenos. Ay Casandra, niñita fresca y cruda, huerfanita de la razón. Hay que llorar, niñita, hay que llorar. El don es el comienzo del exilio. Epígrafe del acto: de todo lo que llegará a ocurrir.
© Ana Guillot
4 Comments:
David Antonio Sorbille dijo...
Un texto fenomenal Ana. Te felicito.
UN ABRAZO ANA!!!!
Excelente, Ana, esa escritura desde el Yo más profundo.
Un abrazo,
Silvia Loustau
Bellísima prosa de cautivante poética. La descripción de Casandra
es una escena primordial que se destaca en el texto.
Felicitaciones. Un abrazo. Liliana Lapadula
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