Poema de Juan Carlos Rodríguez
Insolentes almohadas
Vos me decías
que querías mudarte a la casa de la isla
y que ansiabas la llegada de olores arrebolados.
Reclamabas lapiceras para garabatear poemas,
rincones para soñar y llorar a gritos.
Pedías que no falten mariposas embarazadas
ni sembradíos de caricias o neblinas reveladoras,
botellas vacías desperdigadas,
manzanas que inciten al pecado,
camas donde nuestras desnudeces floten
y lenguas encarnadas en rosales.
Demandabas insolentes almohadas que interpelen
melodías incrustadas en los techos
y vestigios triunfantes de un ritual de espasmos.
Mientras vos seguías con tu manifiesto de imágenes
yo tenía una precaria certeza:
mi única casa era tu cuerpo.
© Juan C. Rodríguez
9 Comments:
"...mi única casa era tu cuerpo."
Bellísimo cierre para tu bellísimo poema, Juan.
Felicitaciones y un gran abrazo
María Rosa León
Después del inventario de condiciones y reclamos muy bien escrito, un final excelente, un cierre que deja atónito al lector.
Felicitaciones Juan.
Liliana Lapadula
La imaginación, el deseo, las mariposas, tod..todo está en el cuerpo de su amado.
Guauuuuuuuuuu
Grande!!
Bello!!
Felicitaciones!!
Bello tu poema... me encantó además la perfección del cierre Un abrazo Anamaría Mayol
Mientras vos seguías con tu manifiesto de imágenes
yo tenía una precaria certeza
mi única casa era tu cuerpo.
Y uno queda atrapado ahí, en ese corte que le has dado a tu verso y uno piensa que has sido contundente hasta el final. Muy contundente.
Muy bello.
Con mi abrazo,
d.
Juan , muy bueno , excelente poema !!
comparto lo dicho ,remate genial
Besos
Stella
Quisiera poder mudarme a esa casa de la isla donde garabatear poemas , soñar ...
Preciosas letras Juan con un final que invita al deseo.
Besos a tí
Excelente poema con un remate de antología. Bravo, poeta.
Un abrazo.
Jorge Luis Estrella
Y el pecado, dos ojos para cerrarNos al perdón.
Sensiblemente, fanny
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