Poema de Juan Lucas Pantaleón Andrín

Rumba del clavito.

Flaco como un clavo este Pablito,
mezcla rara de Rimbaud con antonito,
se lo ha visto por calle Savio
pateando tachos/ y su esqueleto
cuida la puerta del Entenado.

Él mucho no necesita
la tiene a Silvia, tiene a Tiziano
y a la poesía,
y en el puerto oscuro del corazón,
pesca Ezra Pound su mojarrita.

A pesar de sus perros
él no handa hambriento,
con ese Armando
santo urbano de los pecados,
los piya seguido la madrugada,
y en un vino caliente canta la muerte:
¡viva Tuñón, viva el polaco!

Flaco como un palo este Pablito,
/ tranquilo sin que nadie sepa
plancha bandera,/ y canta
en su garganta un pajarito,
cuando la noche tiene los pecho
de enamorada

Flaco como un alfiler este Pablito,
y aunque su sangre no me toque
lo llamo primo, le zumban
en las manos unos mosquitos,
y en cada rincón de la ciudad
tiene un amigo.

Medio poeta, medio pintor, medio loco,
por lo tanto croto de corazón,
en la esquina de la soledad mendiga vida,
para que después de muerto nadie le diga
dónde venden papel para fumar.

© Juan Lucas Pantaleón Andrín