Poema de Gina Escobar
APIPÉ
Se marchitó
como las flores tenues
al medio día.
Sin remedio.
Mancó
su potro salvaje
compitiendo
con la muerte.
Sus cascadas venas,
de briosos dorados
y belleza ondulante,
reíanse
del hombre
y su soberbia.
Tornáronse
luego
tumba irremediable
en círculos de miseria.
Ya no alimenta
su vientre erizado,
ya no arrulla
con sus cánticos.
La luna que por las noches
se zambullía en sus brazos
hoy está presa en el fango
fragmentada en mil pedazos.
Las murallas de la muerte
desfloraron su hermosura,
presa de frío y de pánico
agonizó en las esclusas.
Lo buscan
inútilmente
para velarlo los pájaros.
Aguas arriba…
la muerte.
Y la muerte…
aguas abajo.
© Gina Escobar
5 Comments:
¡Excelente Gina! Por las palabras nos conocemos y reconocemos. Mi admiración, Norma
Muy bueno Gina!
Qué bueno encontrarte, con poema tan hondo. Felicitaciones!
Gina, con mi felicitacion por tu excelente poema va un gran abrazo y mi cariño desde entonces.
Carmen Amato
Gracias a todos por sus comentarios.Un abrazo
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