Poema de Eduardo Chaves

DINASTÍA

Sobre miles de sombras
ya cenizas del tiempo y sin historia
..... se levanta un secreto
con mi rostro, mi nombre, mi dudoso albedrío.
Una sola gota de mi leve sangre
guarda el tumulto distante y pasajero
de aquellos lejanos constructores.
Puedo oler la perfidia de sus alucinaciones
el sueño recobrado de su danza
..... las lágrimas y el canto
los rituales profanos
sus huesos mancillados
la promesa del alba sellada por la noche
... el amor traicionado por el fuego
y la sutil alcurnia de lo inacabado.
De sus heridas se nutren mis raíces
de su desolación nace mi audacia
soy esa enredadera que trepa silenciosa
por el muro pequeño y legendario
que ha olvidado la piedra original
en la que se ha fundado su incierta dinastía.
El porvenir aguarda mi remota semilla
el mínimo eslabón de niebla y agonía
como un cáliz abierto al tenaz sacrificio
mientras emigra mi alma sin abrir sus contornos
.... luego de haber amado
sin el don temerario de la sabiduría.

© Eduardo Chaves