Prosa de María Teresa Andruetto
Natilla perfumada
Mejor que la leche pase tibia, por obra de tus manos, desde la vaca al cuenco asentado en tu vientre. Si es así, sólo bastará espesarla a fuerza de harina o de fécula, mareando la blancura con una vara de madera. No olvides perfumarla con naranja seca, con limón, con ramas de canela. Y volverás a ser niño cuando la comas bajo la luna llena.
© María Teresa Andruetto
11 Comments:
Poema de una sensibilidad extraordinaria que me emocionó y se me hizo agua la boca. Gracias y abrazos.
Jorge Luis Estrella
muy hermoso ,este poema canta con sencillez en nosotros ,un desayuno y nos vuelve a la niñez.abrazo Marizel Estonllo
Hermoso canto al niño que llevamos adentro. Gracias
Andrea
Hay una cosa aromática que estoy segura sale de la palabra y me embriaga. Un beso amiga, tquiero
Lily Chavez
!Cómo me la hacía mi abuela!!!
Besossssssss
tan sencillo y tan conmovedor! hermoso, gracias!
un beso francisco
Aroma a Campo,a noble Vaca,Naranja
seca...a Abuela.Colores,Tibieza,
Sensaciones...Abuela.SI! Monica.
Si! a los 6 comentarios.
GRACIAS MARIA TERESA.
Cuánta belleza!!! Emocionada ante el poema. Fabiana León
María Teresa, cuántos perfumes, cuánta sensibilidad... cuánto amor!!!!!!!!! Sonia Del Papa Ferraro
Todo aroma. Todo sabor. Todo nostalgia. Todo belleza
Abrazo
Alicia Perrig
un acto de amor todo el poema, un acto de vida, naturaleza y añoranza
¡que placer degustarlo!
saludos
Anahí Duzevich Bezoz
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