Prosa de Verónica Petek
Adherida al silencio
Y se fue adhiriendo como si se tratara de una esponja marina. Callada, seca de palabras, misteriosa en su forma y dejades.
Llamo al viento para que le hiciera compañía. Ella hubiera copiado cada pétalo del jardín con la gracia de sus manos, transfiriendo las imágenes al mantel.
Las velas se consumieron con un fuego suave, dejando pequeños círculos que pretendían ser lágrimas, lágrimas antiguas llenas de polvo, ahora solo modificaban la puesta en escena para la noche que nunca fue, para el festejo que nunca hubo.
Ella termino de aferrarse a su piel deformando sus senos, aplastando los latidos crónicos de aquel triste y desolado corazón.
® Verónica Petek
4 Comments:
Vero gracias por estar aquí en este lugar donde quiero dar difusión a poetas contemporáneos que aprecio y admiro.
Un abrazo Gus...
Buen texto saludos...
Hermoso como simpre, con esa melancolia que la distingue.
Un placer y saludos
Lidia Gaytán
La descripción tan pudorosa, tan cálida sobre el personaje, aún en ese derrumbe, deja un sabor de melancolía sin salida. Quizás, solo quizás, haya un exceso de adjetivos en las tres líneas finales, que cortan el ritmo previo. Pero claro, es solo una opinión...
jlv
Publicar un comentario
<< Home