Poema de Paolo Astorga
CANCIÓN DE CEMENTO
Miramos a los perros
a los gatos
y entonces sus sombras
nos llevan a las esquinas
y sólo una adelgazada nube de humo blanco
nos contenta.
La felicidad, me dicen que existe
si miras por las discotecas
detrás de
dos jóvenes
dopados y apunto de vomitar.
La ciudad es un imán
y cada poste de luz una tétrica mentira.
Mis ojos palidecen y se enredan a una
sorda cicatriz que se vuelve a abrir lentamente
rasgando la tierra violenta que bebemos
mientras fugaces estómagos curvos
giran alrededor de filudas aves urbanas y con cuerno.
Estoy con la cara roja
y mirando todo como un triste objeto
mientras mi corazón es degradado
por las últimas luces de neón reflejadas hacia la luna
que siempre estalla en el olvido.
© Paolo Astorga
2 Comments:
Un poema que desgarra, que denuncia, que es grito.
Muy bueno Paolo...
Un abrazo Gus.
Estimado Pablo:
Bello poema, fiel reflejo de toda la crueldad que la vida diaria puede depararnos. Bienvenidos sean los poetas que, como vos, tienen tanto para decir.
Mariano Shifman
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