21.1.07

Poema de Paolo Astorga



CASA DE MUÑECAS

Barbie está sentada en una silla de plástico
y no deja de sonreír.
Tú la mueves
la llevas hasta su alcoba
la desvistes y le pones un pijama.
Suena la puerta de la sala. Es Ken.
Lo mueves hasta la habitación de Barbie
que no deja de sonreír.
Ken se acerca muy lentamente,
contempla el cabello de Barbie, nota su peculiar sonrisa,
la soledad de su habitación
el televisor de plástico made in China,
y suavemente se dan un beso con temor.
Luego Ken se aleja,
apaga imaginariamente la luz de aquel bombillo inútil
y se va, se aleja en silencio,
mientras murmura que ya no es lo mismo
que ya no puede resistir su sonrisa pintada,
su piel de plástico
la tristeza
la vil tristeza
de no tener más que un cuerpo inservible, inanimado
una sombra a la que tú le das vida
y que no deja de fingir.


Paolo Astorga
De: Rehenes del silencio

5 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Poema que refleja mucho dolor y la resiganción de persistir en la vida.
Muy original.
Un abrazo Gus.

21.1.07  
Blogger Avesdelcielo said...

Hay muchos Ken y muchas Barbie. Excelente elección para poetizar sobre las parejas fingidas e inauténticas.
Excelente.vvyhxo

22.1.07  
Anonymous Anónimo said...

Una bellísima descripción del mundo tan triste de las Barbies.
Gracias por compartirla con nosotros, Paolo.
Cariños
María Rosa León

25.1.07  
Anonymous Anónimo said...

Un hermoso poema sobre Barbie y sobre quienes aspiran a parecérsele, aunque sean de carne y hueso (y no mucho más, quizás).
Felicitaciones, Pablo.

26.1.07  
Blogger Unknown said...

Tu poema hace reflexionar para llevar una vida auténtica, sincera. Y no una perteneciente a la sociedad de consumo y falsa. Abrazos Paolo. Julia del Prado, desde el Perú

30.1.07  

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