Poema de Bibi Albert

FÓRMULA

A veces
se me desacomoda la alegría,
y una sombra filosa
me sangra hielo el alma.
El gesto se me comba,
los ojos ven las nubes solamente
y se agrietan mis almácigas manos.

A veces ni me entero
de mi horóscopo ágata del día
y le desobedezco desatando
mi propia turbulencia
quieta, desamparada.

No sé por qué ni cómo.
Se me confunde el fuego con el llanto.
Me equivoco de paso.
El pensamiento va marchito por su ruta
sinuosa de preguntas
que no entiendo
porque en desesperanto me iba siempre a marzo.

No sé, como hoy,
lo que me pasa.
Qué tentáculo de adioses
esgrime la pancarta
del ya no comas vidrio
y me asfixia entinteciéndome el aliento.

Pero mis pies de espuma
-las dos alas gurúes de mi cuerpo-,
me invitan tecladistas y me llevan
a festonear aristas,
a patinar veredas de recuerdos,
y me escalan
hasta que toda yo soy conquistada y bandereada,
kermesse de besos pájaros mi pecho,
felicidad puesta en su sitio y con espacio
de sobra entre mis brazos.

© Bibi Albert