Poema de Rosa María Sobrón
Si estábamos de pie
era posible porque su mano sostenía.
Y cuando era el reposo,
era posible pues su alerta velaba nuestro sueño.
Cuando un relampagueo de nostalgias
nos arrugaba el corazón,
Sólo bastaba con pensarla para sentirse nuevo.
Y si un descolorido llanto
nos ataba sin tiempo a la tristeza
su mano descosía las amarras
más imposibles y tremendas.
Y a lo lejos, un sol inesperado
dibujaba, uno a uno, el horizonte de los hijos.
©Rosa María Sobrón
De “Es tiempo de elegía”
2 Comments:
Bello poema María Rosa que nos remite a la ternura de las madres, la de todas...
Un abrazo Gus.
Rosa María: Hay muchos textos a las manos de las madres. Esas que tienen poder sanador, curativo, y esas cuyas caricias quedan por siempre en nuestra piel. Pero tu poema es una bellísima evocación.
Un cariño grande
María Rosa León
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