8.11.07

Poema de Raúl Acosta


Territorialidad

Por todas las calles se llega al río.
No hay modo de escaparse.

La ciudad es una isla.
Riachos por los laterales y su forma, ah,
su forma:
como una larga mama blanda
que revienta sobre la punta,
frente a las islas.
Gran nodriza, señora, gran.

No hay forma de tiritar en el desierto.
Aquí no hay luna sin reflejo.
Vagan los hombres, desentendidos,
el declive los lleva al agua.
Ayer, hoy y mañana.

En esta ciudad todos son peces.
Los niños abren la boca
como coloridos bichos tropicales
detrás de la vidriera, en las peceras.

Las mujeres más lindas mueven sus colas,
como arabescos, como danza.
Las burbujas son muecas de la liberación.
La gente confiesa sus pecados de humedad.

No se vive, se navega por almacenes,
dispensarios, debates, cornamentas.

No hay discursos políticos, promesas,
nada turba el sueño del náufrago,
el furor del polizonte engañado
repiquetea en las liquidaciones.

Fin de temporada en todos los comercios.
Siempre es navidad
No llega la gula. Autoabastecimiento.
Somos promiscuos de padre y madre.
Besamos la intemperie, en el viento
hacemos los castillos. No se rompen
los gritos, son prestados. El adiós
nos pertenece, fue el comienzo.
Así se empieza, dijeron.

Disimulamos, todos disimulamos
todo para que usted se quede.
Sonría, va la foto carnet, el documento dice:
sobrevivió en la ciudad que termina donde comienza.
Vemos la traición del continente.
Sabemos defendernos.

© Raúl Acosta

2 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Buen grito/denuncia, detrás de la territorialidad la más grande soledad, el más grande desamparo.
Un abrazo Gus.

8.11.07  
Blogger María Rosa León said...

Muy bueno tu poema, Raúl. Y ese verso final que es casi un grito: "Sabemos defendernos."
Un cariño grande
María Rosa León

8.11.07  

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