6.5.08

Poema de Edna Pozzi


En la mañana, apenas despiertos,
fuimos basta la plaza donde el muerto
se balanceaba al sol.
Dos agujeros ciegos y profundos
en la frente
y mujeres furiosas de picas y palos
golpeando la muerte
que no cesaba de morir.

Gritar fuerte; niños,
y esconder los pañuelos.

Y golpeabas furiosamente clara
el remolino de odio y de silencio
con tus piernas de cabra
fuerte de azahares y de piedad
en la mañana del pueblo vil y oscuro
como un cántaro sucio

Por la tarde, ya el muerto olía a sombras,
madre.

Y lo llevamos sobre sábanas blancas
hacia un lugar bajo los altos árboles.

© Edna Pozzi

5 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Edna simplemente maravilloso, para pensar, para estar alertas, para no olvidar.
Un abrazo Gus.

6.5.08  
Anonymous Anónimo said...

Muy sentido poema.
Boris Gold

6.5.08  
Blogger María Rosa León said...

Muy bello y conmovedor tu poema, Edna. Como todo lo que llevo leído de tu obra.
Un cariño muy grande
María Rosa León

7.5.08  
Anonymous Anónimo said...

Edna: "La muerte que no cesaba de morir". Te das cuenta de lo que dice esta metáfora? Unica.
Víctor Hugo Tissera

10.5.08  
Blogger alba said...

Gracias Edna, poeta inmensa, un abrazo alba estrella gutiérrez

15.5.08  

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