18.5.08

Poema de Norma Segades


El reino prometido.

Era ancho,
iluminado,
un reino horizontal e interminable como largos crepúsculos de lluvia,
una muralla verde junto al río
y un vendaval de trinos estremeciendo el aire con su hoguera madura.

Sobre el agua,
rebelde,
fulguraban antorchas aliladas desandando los ecos de la hondura,
encrucijando sendas de intemperie
y encendiendo follajes impacientes en mis venas nocturnas.

Delirante de sauces,
de riberas,
resbalaba en las voces del espino,
deshilaba canciones y guitarras,
me embriagaba de luna,
compartía rodajas de nostalgia y zozobraba bajo las estrellas
en los umbrales de esa greda oscura donde una noche,
en medio de la noche,
sepulté el olivar
y los zagales violentando la niebla cenicienta con su figura enjuta

y el arroyo saltando en los peñascos
y el cielo
y las higueras
y las tumbas

y los rediles rotos
y aquel duro llamado que iba tejiendo el viento
por las astas desnudas.

© Norma Segades

4 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Poema para ir más allá, se percibe la pérdida...
Bello!!!
Un abrazo enorme Gus.

18.5.08  
Blogger María Rosa León said...

Una bella pintura de historias y sentimientos, Norma.
Mis felicitaciones y un abrazo muy grande
María Rosa León

19.5.08  
Blogger Ricardo Juan Benítez said...

Ese reino, que seguramente existe, descripto con el corazón en la mano. Bello y emotivo.

23.5.08  
Anonymous Anónimo said...

Bellísimo poema con un remate estupendo.
Víctor Hugo Tissera

23.5.08  

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