1.8.08

Poema de Carlos Roldán


aquéllos
cuyos ojos acaso equivocadamente
hallaron la ceniza de la estrella
los que dijeron creyeron o soñaron
embestir una luz poderosa casi como un umbral
con propios dolientes cuerpos de arcilla
y gemido
desdijeron acaso también sus nombres
porque qué se puede hacer cuando se es hombre
pero también volvieron esperando de lo que se abrevaba
en las palabras frescas inocentes palabras
hechas para todos los equívocos
los que habían visto en el color ya no del cielo
en sus hermanos mismos
una sombra ceniza
capaz de renacer en las cercanías del alba
los todos ellos que me alientan
cuando embisto esta insensata pared que limita
cada poema y es mi noche
no es posible que ellos
los altaneros cuya risa
debió guardarse en el mismo corazón de cada piedra
hoy vuelvan a casa viejos
(si habían burlado al tiempo)
vuelvan con el cuerpo el traje los zapatos
quebrados a día de hierro a gris a sentimiento
de que apenas pueden la vida
cuando alguna vez pudieron
sentir que eran altares en el mismo cielo
y no la mesa en que apacientan
los burros de los burros de los burros
y que todo se gira

cuéntame padre
cómo despertar al hueso
y que el hombre era otra cosa
que mil rocinantes se vienen de galope
sin lanza llenos de luz
contra lo obsceno

© Carlos Alberto Roldán

9 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Grito, denuncia, desconcierto y dolor en este gran poema Cerlos.
Un abrazo gus.

1.8.08  
Anonymous Anónimo said...

Sos ocasión de grandes cosas, Gustavo. Auspiciás que se den, hacés el gesto por el cual hay llanura. Gracias, pibe. Te merecés el diez desde que te lo construiste despacito.

Carlos

1.8.08  
Blogger Elisabet Cincotta said...

Carlos un poema inmenso. Mi siempre admiración hacia el poeta y la persona.

besos
Elisabet

1.8.08  
Anonymous Anónimo said...

Versos como estos de Carlos Roldán nos recuerdan a fuego que la poesía es la única escena digna de sobrevivir a la obscenidad de la muerte. Rubén Vedovaldi

3.8.08  
Blogger María Rosa León said...

Excelente tu poema, Carlos.
Leerte siempre es una fiesta de la palabra y de la vida.
Con mi afecto y admiración
María Rosa León

7.8.08  
Anonymous Anónimo said...

Grande tu poema Carlitos
triste y duro
hondo y sensible y ese final
esa pregunta al padre para escapar
de lo oscuro
misterios sin explicación y sigue la lucha

desde graciela abrazo

10.8.08  
Blogger Ricardo Juan Benítez said...

Intenso como el galope de mil Rocinantes. Carlos, seguimos combatiendo contra los molinos de viento, que esa es la tarea del poeta.

14.8.08  
Anonymous Anónimo said...

Impactante poema de principio a fin, tomoestas pocas letras que me han hecho sentir de alguna manera conmovida.
“hoy vuelvan a casa viejos
(si habían burlado al tiempo)
vuelvan con el cuerpo el traje los zapatos
quebrados a día de hierro a gris a sentimiento”

Respetuosamente,

Sonia

30.8.08  
Blogger LIDIA CARRIZO said...

Un sacudón en el arcón de lo vivido,como volviéndose a enredar, como si nunca se olvidara o encontrara, sabiendo aún que todavía se encuentran las cenizas de días que han pasado ...

LIDIA CARRIZO

2.9.08  

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