Poema de María Rosa León

CLARO COMO EL AGUA

Es tan claro, tan evidente
que esta historia no es de final abierto.
Ya terminó, no caben dudas.
Y sin embargo yo sigo ensayando
miles de capítulos finales.

Y finales felices, obviamente.
Todas las variantes posibles,
pero siempre felices, convencionales,
previsibles, absurdamente felices.

Y no me convenzo,
porque nunca quise convencerme,
que no hay nada ni nadie
que pueda cambiar nada.

Y, lo más grave: es probable
que nada deba ser cambiado.

Es tan claro como el agua:
seguiremos separados hoy y siempre,
hasta que la muerte
nos vuelva a separar.

© María Rosa León