24.2.09

Poema de Fernando Sánchez Zinny


Después de la batalla

Se perdió todo menos este muro
antaño enmascarado
tras una floración de ausencias
que ahora un viento cálido deshace.

Concluyó todo, todo se ha perdido;
rendido entre amputados el corazón se acerca
a una fuente de soledad y canto
para calmar su sed y morir finalmente.

Pues todo se ha perdido y alguien vuelve
con restos del encono, sin honra ni esperanza,
para encontrar de nuevo al Oeste del llanto
el sosiego augural en que recalan las promesas.

Se perdió todo menos ese rostro
dormido en el espejo de un estanque.

Nunca podré evadirme
del aire que me lleva y destituye,
ya mínima luciérnaga
que va a extinguirse entre las ramas.

Pues todo es demasía y claridad,
salvo la costa de plomizo espanto.

Ahí estoy yo, como un enigma
que no han de develar la noche.

© Fernando Sánchez Zinny