13.2.09

Poema de Lidia Carrizo



Casa Antigua

Un manto gris de cemento,
cubre el camino de la casa.
Altos cristales, empequeñecidos
a mi vista, daban forma a mi infancia sueñera,
junto al resplandor de niña que desaparecía.
Descubrir, que el sol puede ocultarse en el
mejor día, que todas las flores se marchitan.

Revuelo y mágica ilusión ...
La farolera que tropieza, Alicia en el país ...
Allí, escuché el canto de los pájaros.
Allí, soñé y amé la primavera de esos días.
Una pálida, tenue luz, irradia y refleja
el cristal de mis ojos, reconstruyendo
serenos rostros, ubicados en sus cosas,
hallando sus lugares acostumbrados.
Mis primeros pasos y mi sonrisa al pisar
las hojas secas, con su música al viento.

Sus voces antiguas nada dirán de lo ocurrido,
ni por su silencio. Tientos labios, posarán inocentes
en sutiles máscaras, modelando dóciles palabras,
asombrando mi absurdo desamparo. Un cielo me cobija
silencioso, cómplice, eclipsando...la duda de la noche!

© Lidia Carrizo

8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Lidia: un poema de recordación de una infancia que,todavía, llevamos como cercana. Me gustó.Un abrazo, Laura Beatriz Chiesa

14.2.09  
Anonymous Anónimo said...

LIDIA
CUÁNTAS IMÁGENES Y NOSTALGIA EN TU POEMA, me gustó mucho
Cariños
Anahí duzevich Bezoz

15.2.09  
Anonymous Anónimo said...

Lidia:
Cuanto en comun tenemos los humanos...
Ese "cielo " nos acerca cada noche.
Me trajo a mi casa ,esa que ya no existe,salvo en mi memoria.

19.2.09  
Anonymous Anónimo said...

Lidia: la casa de la infancia está poblada de nuestras memorias, o es al revés ,`son las memorias las que dan sentido a la casa de la infancia? El desamparo es ser en el mundo , cuando el recuerdo se torna música. Sin embargo, los lugares recibirán nueva vida, cambiarán de rostros, como nosotros mismos. El "cielo que cobija" es el que llevamos en el corazón porque el desamparo también es la otra cara de la libertad.Besos Irene Marks

19.2.09  
Blogger Unknown said...

La infancia viene en tus cálidos versos, como esa etapa que para muchos de nosotros fue bella y plena de aprendizaje. Y esos rostros que están ahì -ahora- siguen con nosotros. Esos rostros de los padres ..., caminan en ese "cielo que cobija", abrazos y gracias por venir a mi espacio. Julia

20.2.09  
Blogger Unknown said...

La infancia viene en tus cálidos versos, como esa etapa que para muchos de nosotros fue bella y plena de aprendizaje. Y esos rostros que están ahì -ahora- siguen con nosotros. Esos rostros de los padres ..., caminan en ese "cielo que cobija", abrazos y gracias por venir a mi espacio. Julia

20.2.09  
Blogger LIDIA CARRIZO said...

GRACIAS POR ESTAS COINCIDENCIAS QUE NOS UBICAN Y MARCAN NUESTRAS VIDAS, QUE SERÍA SIN TODO ELLO, DIGO, HOY MI CASA ...
ES EN LA QUE ME ENCUENTRO
EN CADA INSTANTE.

MIL GRACIAS GUS Y A TODOS LOS POETAS!
LIDIA CARRIZO

23.2.09  
Blogger Cecilia Ortiz said...

Lidia,
la casa de la infancia, es nuestro sostén siempre. De ella nos hemos nutrido y somos ella.Muy sentido tu poema.
Un gran abrazo.
Cecilia

27.2.09  

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