21.6.09

Poema de Cristina Pizarro


NACIMIENTO

Mi cuerpo es un cáliz de plata
y cuando el diamante lo ilumina
su germen lo transmuta en oro.

Aunque a veces lacerado
escondido
como una almendra invencible
escucha la danza de las hojas
mientras en su telar
desea el único nombre:
las voces de la vida.

© Cristina Pizarro

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¡Qué bello tu poema, Cristina!
Tiene la calidad y la precisión que te caracteriza y hace que en tu poesía también se encuentren esas "voces de la vida"
Aplausos y un beso grande
María Rosa León

23.6.09  

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