Poema de José Antonio Cedrón
Nuestro amor nunca pudo tejerse
... como el mimbre.
Tenías una rosa de tinta en la cintura.
Caminamos, las uñas de tus pies eran
... tornasoladas.
Necesité muy poco para entender, entonces,
que podría cruzar las tormentas de altura
oscuridad flotando en superficie
y en las profundidades animales de mar
nunca piedras preciosas esperando.
Sabíamos que el cielo no baja a estos lugares
así y todo te declaré mi amor
y hubo té de jazmín y de canela
líneas puestas en manos de gitanas
lunas en esas sábanas,
después lentos modales, como un remolcador
... entrando a puerto.
Podría recordarlos sin esfuerzo
frente a este mismo mar
(rodeado de unos hombre sometidos
al filo de los vientos)
donde leo una carta de familia
y recuerdo miradas
sentándome a la mesa con un gesto.
Aquel amor también vistió la sed
manos de hijos marinos despidió su cabello
sus días fueron duros contra el tiempo
besaron estas costas, riñeron con mujeres
capaban a los perros para que la comida
... alcance
(ello eran veloces, comían a mis pies)
volvían con erizos, camisetas de frisa
este vino que asoma las manos en mi mesa.
Podría recordarlos sin esfuerzo.
Ahora ya es muy tarde para que caminemos
un hombre cabecea de este lado
bajo una luz que parte y otras profundidades.
Pronto va a anochecer entre sus copas.
© José Antonio Cedrón
4 Comments:
Imágenes, historias y recuerdos y todo con lka profundidad de toida tu poesía y con la factura perfecta de siempre.
Aplausos y abrazos, José Antonio.
María Rosa León
Profundo
lleno de contenido de antes
es lo primero tuyo que leo
pero no será lo último
Me pareció buenísimo
y me llegó!!
desde graciela abrazo
Nostalgia de tango en estos vesos trasnochados de recuerdos.
Cuánto recuerdo, cuánta poesía, cuánta nostalgia profunda y a flor de piel. Soy contadora de historias y mientras leía supe que, algún día, contaré esta historia. Y solo cuento las historias que me atraviesan.
Gracias
Alicia
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