Poema de Graciela Wencelblat
Donde están
las sombras escondidas
las siluetas negras
los bordes de las caídas
hay un hombre pequeñito
que silba canciones de cuna.
Algo en ese cuadro viviente
produce miedo
pero todos los niños
se acercan porque vieron sus ojos
donde lágrimas azules
los llaman.
¿Cómo aprender
ver algo de la realidad
encontrar el revés de la trama?
¿Cómo volver a creer?
© Graciela Wencelblat
17 Comments:
La incredulidad la produjo el hombre,por eso jesus dijo que para heredar el reino de Dios deberíamos ser como los niños,humildes y sinceros.La mirada de los niños capta de manera inmediata el amor la ternura o el cariño, en cambio el hombre hablando genéricamente es desconfiado y reacio en primera instancias
Graciela: tal vez puedas volver a creer si aciertas a pasar por "el color azul de sus lágrimas". Me gustó el poema. Un abrazo. Antonio.
Hola Graciela, hermoso poema, volver a creer, solo si nos reflejamos en los ojos d elos niños.
besos myrtha
Ese hombre pequeño que silba canciones de cuna, custodio de los sueños, está en todas partes, aunque sólo los ojos de la poeta -en este caso tú, Graciela- lo encuentren... porque aún lo buscas con ojos de niña. Porque lo buscas y crees.
José Manuel Solá
[Puerto Rico}
Querida Grace,
hay un clima dramático en tu poema, muy sugerente por cierto.
Te felicito, muy bueno!
un abrazote
Elisa Dejistani
Gra: Belleza y tristeza se aúnan en este poema en el cual aflora una necesidad de creer. Leer tus textos y pasar algún tiempo con vos son dos placeres que uno puede darse en la vida.
Jorge Luis Estrella
Fuerte tu poema, Graciela...pero me gustó porque está el deseo de volver a creer.
Un abrazo
Alicia Borgogno
Producto de vivencias, que olvidaron que creer es crear.
bello poema
Bellísimo Graciela este poema que conserva todavía la esperanza de que la ilusión sobre las cosas que nos pasan permanece a pesar de las sombras. Tu pregunta final es fuerte y al mismo tiempo, esperanzada. Bello, bello poema. Eduardo Chaves
El azul de las lágrimas trae la inocencia, el niño que somos siempre!
Por eso el poeta encuentra en el poema esa pureza, tu poema, Graciela la toca , qué bueno! Por eso, humildemente, me parece innecesaria la pregunta final...
Un abrazo
Montse Bertrán
Bello poema, Graciela.
Y hay que darse la oportunidad de volver a creer. Quizá, acordándonos de nosotros mismos cuando éramos inocentes.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Primero sentí que la pregunta era terrible "¿cómo volver a creer?" Tras la segunda lectura siento que lo terrible es haber dejado de creer.
La abrazo
Alicia Perrig
David Antonio Sorbille dijo...
A pesar de la tristeza, hay otra cara de la moneda que invita a creer. Excelente, Graciela.
GRaciela: La respuesta a las dos preguntas finales está en la poesía misma. Y la tuya es excelente respuesta.
Felicitaciones y un beso grande
María Rosa León
"Hay un hombre pequeñito/ que silba canciones de cuna" Linda imágen!
Un abrazo!
Graciela: ese hombre pequeñito ambivalente, como "el revés de la trama" que produce temor y al mismo tiempo tiene en los ojos"lágrimas azules" es un cuadro de la infancia que aparece en nuestra ruta y nos deslumbra.En la zona donde no se duerme, no se despierta, el hombrecito sigue silbando para quien conserve la infancia en el corazón.Hermoso! Irene Marks
Graciela: ese hombrecito como custodio; el azul simbólico de la protección de esa bella capacidad de asombro que no podemos perder.
Bellísima tu voz!!!
Un enorme cariño.
Mirna Celis.
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