16.2.10

Prosa de Ana Guillot


fragmento de un texto en proceso de escritura

1.

Tiene los dedos untados en lodo. Busca en los orificios, los gusanos se prenden a esos dedos, se los traga con ansia, con soberbia. La niña escucha el abdomen de la tierra, pone el oído en el segmento más lúcido, escucha escucha escucha, los gusanos se trepan; ella mira sus movimientos, los mete entre sus deditos, los parte con las uñas, se los lleva a la boca. La boca es una flor de lis, un aire empedernido. La niña sabe que va a llover aún más, de nuevo. Se huele la longitud de la tormenta. El relámpago se hunde a los lejos y es atronador el silbido del cielo. La templanza de Zeus es cosa seria. Casandra tiene la ropa humedecida. Está descalza, desnuda, desmembrada. El ojo del cielo se impregna en su frente. La noche es una multitud de estrépitos. El viento se condensa en su vestido (como si la elevara en un baile, en una creciente certidumbre). Casandra tiene un ojo en la frente; cíclope entre las ninfas, entre las otras niñas frescas, casamenteras. Parpadea el ojo de Casandra, o está tieso, pensando la niñita. Regurgita lombrices, tose lo que se atasca, lo que duele. El relámpago es otra vez frontal. La niña ve y ve no deja de mirar/estar mirando el caballo y su noche interior. El llanto torrencial de su madre, Hécuba por el piso, arrastrada gusano de los griegos, sumisa; Héctor en el lecho funerario, pasto de la hybris, Aquiles alcoholizado, tenso. Príamo que llora, por qué llora papá (piensa/habrá pensado). Andrómaca y el niño sueltos, como fantasmas. Y ella, Helena, hermosa jactancia de su sexo, mujer desparidora, amante. La niña ve y quiere ahora ser ciega. Vomita la infancia en esta noche. Reconstruye la luna, el timbre de las voces, los venenos. Ay Casandra, niñita fresca y cruda, huerfanita de la razón. Descuartizada. Hay que llorar, niñita, hay que llorar. El don es el comienzo del exilio. Epígrafe del acto: de todo lo que llegará a ocurrir.

© Ana Guillot

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ana,a veces ando tan jugada de tiempo que soy reacia a los textos largos para poder ver lo de todos pero esta vez me detuve,me atraparon las primeras líneas y disfruté hasta la última. Hermoso!!

Lily Chavez

16.2.10  
Blogger galáctica said...

Desde adentro de la niña, en las últimas horas de Troya, la imagen del gusano y el mirar la tierra, la imagen de Hécuba, Príamo, etc. tan humanizados.El don de visión futura de la pequeña Casandra.Lo disfruté muchísimo. ¡Qué maravilla!Irene Marks

19.2.10  
Blogger Isabel Guevara said...

Ana, primera vez que te leo y lo he disfrutado a rabiar. Salgo recordando la orden del "Hay que llorar, niñita, hay que llorar" y no puedo negar el temblorcillo que recorre mi espinazo. Hasta pronto, hasta la próxima entrega, Isabel

20.2.10  
Blogger Adriana said...

Qué poética reelaboración del fin de Troya. Homero estará brindando con vino espeso desde que los rosados dedos de la aurora abrieron el día. Gracias. Un beso. Adriana Maggio

21.2.10  
Blogger Silvia Loustau said...

Excelente ,como si Esquilo re huv¡biese ilumando y asi das a luz a esta Casandra, la niñita que debe llorar, la castigada de los dioses.
Mis felicitaciones,


Silvia Loustau

24.2.10  
Anonymous Anónimo said...

Gente querida. Me emociona que los emocione, porque amo a estas griegas que me están haciendo sudar la gota gorda (sic). Un abrazo para ustedes y gracias por comentar mi texto. Ana

25.2.10  

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