24.3.10

Poema de Gabriel Impaglione


Sobre la ceguera

Qué el viento quieto en la veleta,
la aurora en ángulo oscuro,
una palabra
que se retuerce en las manos.

El silencio clava por la espalda
puñal de hielo
y ríe cuesta arriba
la calle que baja con todos sus muertos.

Allá en la cima hay una guerra.
Violentas humaredas violetas.
No es día ni es noche, es guerra.

En la dulce llanura elegantes escribas
persiguen mariposas con sus plumas
de cazar metáfora.

De matar metáfora.

Alegres pelucas empolvadas
que giran en el salón de los espejos
al ritmo de la gran caja registradora.

© Gabriel Impaglione

8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Una palabra que se retuerce en las manos, me encanta querido Gabriel, bello poema. Te mando un abrazo...

Lily Chavez

25.3.10  
Blogger Alejandro Cabrol said...

Sobre la cutaneidad de la tan pretendida profundidad... a las pelucas le agregaría el olor a naftalina!

25.3.10  
Anonymous Anónimo said...

David Antonio Sorbille dijo...
Un poema que deslumbra. Magnífico.

25.3.10  
Anonymous Anónimo said...

poema arrugado, pero muy bello y con una temática importante. Muy bueno Juan lucas Andrín

26.3.10  
Anonymous Anónimo said...

La gran caja devoradora.
Abrazo
Alicia Perrig

26.3.10  
Blogger Unknown said...

Un poema profundo, que pinta lo social y político que vivimos en estos momentos, Julia

27.3.10  
Anonymous Anónimo said...

un silencio que ríe con sus muertos,una guerra continua, y los poetas que dejan sus memorias. Estupendo.
saludos
Anahí Duzevich Bezoz

29.3.10  
Anonymous liliana said...

Gabriel: tu poema duele hondo, cava los sentidos......"no es día, no es noche, es guerra": la síntesis del desamparo sobre los sórdidos escenarios del mundo.....
y sin embargo, la pluma y la metáfora, siempre, siempre......
Gracias por compartirlo.
Un abrazo. Liliana Lapadula

29.3.10  

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