Poema de Ariel Mégevand
El lector
Las palabras crecen en silencio,
erizan el terreno de susurros,
levantan olor a tierra fresca
si les sopla aire del país.
Vuelan, imperceptibles,
caen adentro del temblor de ser,
igual que los amores,
y hay que buscarlas con la mano.
En secreto crepitan
detrás del ruido que hacen los recuerdos,
hasta que un gelman estalla en muchedumbres
y las astillas se nos clavan.
Es así cómo esparce su piedad
y da nueva belleza a nuestro llanto.
© Ariel Mégevand
4 Comments:
Es sí. Muy buen poema.
besos
Elisabet
Piedra contra m boca, el impacto de este poema.
Y entonces ya nada se puede decir.
Sensiblemente, Fanny
Un canto a la lectura y la escritura, que completan lo inacabado de cada uno. Muy bueno. Un beso. Adriana Maggio
Excelente poema, arte poética....muy buenas imágenes sobre la gestación del poema, bravo!!!!!!! Un abrazo, María Chapp
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