5.9.10

Poema de Julio Carabelli



MESERA

Tenía las manos blancas

tan blancas
que me hacían mal.
Pero yo necesitaba aquellas manos
trayendo mi café
la mermelada
y el ticket en donde la propina
estaba aparte como una ley de roca.
No era amor
a mí me complacía
mirar la blancura de sus manos
vestirla con el humo
y devorar
los dedos mentirosos uno a uno.

© Julio Carabelli

15 Comments:

Blogger Daniela D. Pacilio said...

Se me hace una suerte de alegato poético a aquella mirada introspectiva de la cotidianeidad callada y silenciosa que se nos adentra, y nos estalla. Gracias por tu poesía, Julio! Un Abrazo!

6.9.10  
Anonymous Betty Badaui said...

Pero que buena manera de escribir un poema,yo paladeo el café, veo esas manos blancas, gráciles, el final tiene un poquitín de tristeza pero a mí me agradaron los dedos mentirosos.
Un verdadero placer, Julio y un placer saludarte
Betty

6.9.10  
Blogger Ricardo Juan Benítez said...

Enamorarse de la blancura de las manos de la mesera... y los probables sueños compartidos... buen tema Julio.

6.9.10  
Anonymous Anónimo said...

Muy cierto Julio, la blancura siempre conmueve, tal vez por la pureza y la ternura de otras manos, que se añoran.
Muy bueno.
Un abrazo

Elisa Dejistani

6.9.10  
Anonymous Anónimo said...

Me parece ver a esa mesera y todo el entorno de esas rutinas que tan bien pintaste, Julio.
Felicitaciones y un gran abrazo
María Rosa León

8.9.10  
Anonymous Anónimo said...

un abrazo entrañable julio!!!!!

8.9.10  
Blogger Carlos Alberto Roldán said...

Aplauso...

10.9.10  
Blogger Nerina Thomas said...

Julio!! cuánto dicen unas manos!!
Me maravilló.
Un abrazo

12.9.10  
Anonymous Anónimo said...

Enamorarse de unas manos no es imposible, desde que hay algunas que pueden provocarnos rechazo.
Hermoso poema que exterioriza cuántas cosas callamos.
Celina

12.9.10  
Anonymous Anónimo said...

Un hecho cotidiano y simple transformado en belleza por un gran poeta. Alda Salzarulo

13.9.10  
Blogger Avesdelcielo said...

El poema extrae belleza de unas manos que la ensibilidad del autor sensiiblidad las ha transformado en deseables. Además hay emanación de una gran solidaridad con las manos de una trabajadora.Me encantó.
MARITA RAGOZZA

14.9.10  
Anonymous Anónimo said...

Qué bueno, Julio!!! Qué fina percepción en un contexto cotidiano y qué elegancia poética!!!! Un abrazote querido Julio, María Chapp

15.9.10  
Blogger Unknown said...

Julio
un momento común en la vida de un hombre, un bar y un minuto de café hacen que un gran poeta pueda crear una historia que encanta. Muy bello y talentoso trabajo. Eduardo Chaves

16.9.10  
Blogger Elvira Alejandra Quintero said...

Me encanta esa mirada doble Julio, des-doblas la imagen en la descripción fina del detalle. Hermoso.

16.9.10  
Anonymous Anónimo said...

hermoso hermano..

20.9.10  

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