8.10.10

Poema de Claudia Ainchil


ACROBATAS

Las rodillas le molestaban
el desborde de los pasos faltantes
ocasionaba sobresaltos imaginarios
tantos lenguajes en embarcaderos poco usados
por el abrazo de su pies..
Primero creyó que era una broma
el discurso insomne de un paraíso simbólico
el aliento como aguardiente ejecutando catálogos
de vida,sobrevida
kilómetros de jazmín silvestre, semblantes de aguas
dijo, nunca se cruza dos veces el mismo río…
lo repitió para convencerse
igual titubeo…
desoyendo las leyes inmediatas de lo que debe hacerse
se inundo de alegría repentina
tomo las láminas que sostenían la armadura de escamas
y lentamente se despojo de equipajes paradójicos
que paralizaban el vuelo..
paso a ser equilibrista, contorsionista
ya no necesitaba el espacio telúrico de sus rodillas
somos acróbatas me dijo
somos, le conteste.

© Claudia Ainchil

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"...y lentamente se despojó de equipajes paradójicos que para lizaban el vuelo..." Es la rutina de los acróbatas, Claudia, liberarse del peso que impide el vuelo.
Hermosa alegoría del poeta. Y hermoso tu poema.
Felicitaciones y un beso muy grande

8.10.10  
Anonymous Anónimo said...

Sí, solo los acróbatas se atreven a esa clase de amor. La única clase, por otra parte.
Abrazo
Alicia Perrig

10.10.10  

Publicar un comentario

<< Home