Poema de Silvia Loustau
La muerte del Chacal
No perdono a la muerte distraída. *
Su mueca indecisa.
Arrebujada, la imagino en un goteante tren sin ruido. Quizá empujada por el viento. En gárgolas humeantes.
Un andrajo de insomnios y alaridos.
Un lago oscuro de suicidas.
Muerte bendecida por la cruz de lucifer.
Ella y el Chacal compartían su caldo de miserias.
Los vieron fornicar entre arenas, rondas de dagas y desolladas rocas.
¿Oyen el llanto de la piedad? ¿Oyen los conjuros de rondas y palomas?
¿Oyen los corazones temblorosos de los compañeritos?
¿Aún ríe el traficante de destinos?
No habrá círculo en el infierno para el Amante de la Muerte.
No habrá coros.
Ni alcobas de infancia.
Ni canción de mujer.
Estaremos la gente de mi raza. Exorcizando las máquinas de fuego.
Los compañeritos con sus desnudos ojos, miran al Chacal ahogándose en el limo de su historia.
Con una corona de fuego salvaje danzará la Memoria.
Treintamil rondas/ treintamil pétalos/ treintamil cantos/ treintamil huellas se abrirán en el aire y caerán treintamil gotas conjugando al Chacal y su aliento de tortura.
*verso de Miguel Hernadez
© Silvia Loustau
6 Comments:
¡Excelente! Fuerte, crudo y cierto...Me encantó...Hacía mucho que no leía algo tan bueno sobre ese tema...Besos...Any
Muy bueno!
Yo también lo llamo el chacal; que otro nombre podría tener?
De acuerdo básicamente con Ana Carmona, Silvia. Tu poema tiene fuerza, pero además son versos dignos, más allá de la dignidad moral. Hay compromiso ético y estético. En casos como éstos en donde la sinceridad desborda es fácil no mesurar la contención. Pero tu poema no se ha convertido en subterfugio alguno de parafernalia o panfelto, por necesario que aún siga siendo éste, desde la perspectiva sociohistórica del cultivo de la memoria. Tu poema es bueno, muy bueno. Y eso engrandece su motivación, no la limita.
Un abrazo.
Pere
Gracias por los comentarios,a todos.
Y a Pere, en especial gracias pues tu cometario es un analísis que quisiera guardar.
Abrazos,
Silvia
Un poema que debìa escribirse, una voz que se alza ante la impunidad del màs demonìaco de los represores. Bien suena tu voz, y bien lo decìs, con las palabras justas.Saludos `poèticos y humanos Irene Marks
David Antonio Sorbille dijo...
Un poema valiente y necesario en esta época donde todavía existen reductos de hipocresía. El chacal no murió impune. Un abrazo.
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