Poema de Carlos Roldán
No puede ser más dulce el olor de las acacias del sueño
La tarde se derrama en verano
Y hemos comidos negras uvas y escupido
Sus macizas semillas a la yerbabuena
Pero el gemido del benteveo nos decía
Que algo entraba en la tarde
Como un corcel de sombras como
Una voz que venía de más lejos
Calla la torcaza
Una rama del viejo eucalipto
Cede a su propio peso
Y también las madreselvas, y las glicinas y
Los jazmines que trae una brisa remolona
Ayer leías el libro. Hoy olvidas la línea
Que galopaba en tu sangre
Y la sombra golpea sin manos
Para marcarte en la hora previa
Y que sepas tu marca
© Carlos Roldán
7 Comments:
¡Epa, Carlos!...¡Muy buen poema!te
salió íntegro, sin tropiezos y así nos llega, intacto y en una sucesión de imágenes que hasta contienen perfume.
Con mi abrazo,
d.
¿Cual será la hora previa ? tu poema lleno de imágenes bellas me dejó pensando Carlos muy Feliz 2011!!!!
...Hoy olvidas la línea que galopaba en tu sangre...
Así es, así pasa, así entristece...
Me pareció hermoso el poema y lo fui deleitando a través de la imagen de la foto, todo lo que siguió me pareció agua de todos. Un abrazo Carlos, feliz 2011.
Lily Chavez
creo que leer este poema sin emocionarse es imposible, como es imposible aspirar el aroma que emana
saludos
Anahí Duzevich Bezoz
Me encantó tu poema, fragante y melancólico. Bellísimo eso de "La sombra golpea sin manos". Muchas gracias. Adriana Maggio
Uuuuy, Carlos Alberto, tu poema perfuma, trae perfumes en la brisa,
nos recuesta sobre el césped, y nos hace perder en el laberinto de nuestros pensamientos, como cuando dejamos el libro y nos sorprende el atardecer... y no podemos seguir leyendo... pero el poema palpita en nosotros...
Para leerlo a esa hora en que empezamos a sentir el fresco de la nochecita...
Maravilloso.
Celina
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