Poema de Camilo Valverde Mudarra
CAÍN CONTRA ABEL
Claman justicia, piden el fragmento
que les toca de bienes producidos;
roncos gritan los niños oprimidos
con su mirada incierta en el lamento.
Su recuerdo es violencia y detrimento,
su mente, odio y desprecio contenidos,
sus ojos, muerte y crimen desmedidos,
su leve pecho, duelo en el tormento.
El niño ve la muerte a diario presta
del Caín violento, contra el buen Abel
antiguo o actual, moderno o medieval.
Creciendo en enseñanza tan funesta
es fácil que se plasme un hombre cruel
que haga de la violencia algo normal.
¿Para esto, la libertad?
Sin conciencia, justicia y tolerancia,
triunfará la maldad en su arrogancia.
© Camilo Valverde Mudarra
posted by Gustavo Tisocco at 00:14
9 Comments:
Creo, si no mal recuerdo, que el gran poeta mexicano Juan Domingo Arguelles, dijo -alguna vez- que si es preciso hay que escribir con mucho rencor, con mucho veneno porque en esa forma de sinceridad se salva la emoción. Este poema defiende esa sentencia: matrimonio feliz entre la forma y el contenido del texto poético...
ALVARO BALTAZAR CHANONA YZA.
Excelente recreación de esa historia tan antigua y tan actual y en una factura perfecta.
Felicitaciones, Camilo, y un gran abrazo
María Rosa León
Muchas gracias, Rosa y Alvaro. Sois muy amables al leerme y acercaos con vuestros comentarios, que dan vida y animación a estas páginas.
Saludos, Camilo
Destacable por sobremanera.
Un honor leerte.
Un abrazo
Camilo
en los bíblicos personajes has puesto la reflexión necesaria para cada lector, desde aquél primer desencuentro los hombres andamos por el mundo con los mismo dolores y culpas. Un abrazo. Eduardo Chaves
Qué buen poema, Camilo, cuánta garra y a la vez asoma tu sensibilidad ante la injusticia que ha recorrido historias
Abrazo grande, querido amigo
Betty
Gracias a todos los que veniís y comentáis, un honor teneos.Muchas gracias.
Saludos, Camilo
un poema alegato que señala la vigencia de las miserias humanas, muy bien Camilo!
saludos
Elisa Dejistani
Un gran poema - alegato que llama a la reflexión
abrazos
Elisabet
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