16.3.11

Prosa de Analía Pinto



Ellos son los que mueven los engranajes del mundo. Ellos, los que no se conforman con lo dado, con lo que ya está escrito. Ellos, que no pueden con su alma, que se enredan en sus propias madejas, que acuden presurosos al llamado —agudo y lánguido— de sus entrañas mientras fogonean con su voz la hoguera cruel de los días. Ellos, que buscan soluciones imposibles, que discurren tan perfectamente en lo tocante a sus almas —no así en los asuntos vanos del mundo, que pueblan su imaginación ni bien sus párpados descienden un momento. Ellos, los raros, los sublimes, los que provocan tanta desazón porque están ocupadísimos leyendo un libro; los que abren interrogantes azules, del tamaño de un cuello de cisne con sus comentarios, los que se encierran en laberintos de boj y en paraísos artificiales de su propia hechura; ellos, los problemáticos, los arduos, los que no pueden hacer las cosas como lo ordena la rutina secular del universo: los inadaptados, los que van contra la corriente, los que se emperran, se empacan, se obcecan en que no haya comas en los títulos de sus libros. Ellos, sólo ellos, los que dan vuelta la página para seguir escribiéndola hasta el infinito, los que quimerizan una simple magdalena, los que someten a juicio todas las verdades de la veleidad terrena, los que nacen con una estrella fugaz bajo el brazo, los que colonizan galaxias con unas pocas palabras necesarias, los que se evaden, se extravían —pero siempre, o casi siempre, saben cómo retornar—, los que abren puertas que siempre dan a otras puertas, los que hacen de su vida una línea, ellos parieron el verbo constante de la poesía.

© Analía Pinto

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Esta prosa de Analía, reuniendo o recreando como en collar de perlas, definiciones del poetizar, dice: "los que se evaden, se extravían - pero siempre, o casi siembre, saben cómo retornar". Esa parece ser la única o última diferencia entre el poeta y el loco. El loco no puede volver de su delirio. Felipe Aldana dice: "Para ser poeta hay que estar loco de belleza".
La locura es una defensa contra la angustia. La poesía aspira a escribir -y esto lo dice Bayley- para que la muerte no tenga la última palabra. Rubén Vedovaldi

18.3.11  
Blogger Edilberto González Trejos - Autor said...

Agradable sorpresa. Me encantó.

18.3.11  
Blogger Unknown said...

Ellos -parafraseando a Lima Quintana- son gente necesaria. Muy bueno, Analía y con una voz firme, envuelve y brilla. Un abrazo.

23.3.11  
Blogger Analía Pinto said...

Gracias a los tres por sus palabras, pero especialmente a Rubén Vedovaldi con quien, en tiempos ha, y a través del Zaguán, supimos intercambiar poemas, opiniones y locuras. Es muy cierto tanto lo que dice Aldana como el maestro Bayley.
Un abrazo para cada uno.

AP

23.3.11  

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