Poema de Carlos Roldán

cuando muera el zorzal
¿discutirá en la sombra
esta terrosa memoria que todo dilapida
tal cristal de garganta,
el arpegio que pegaba en el pecho
en la mañana que desplegaba
su ancho y premura?

¿o entre tal nota y tal nota
se irá desmoronando
la causa del milagro?

erosiva sustancia hacer de humano:
si acaso las formas de tu vientre
se mixturen o con otras o se pierdan
como sin ley o gravedad
donde todo se muere

y olvidaré el gorjeo
que equivalía a la pena justa
de unos días perdidos en la niebla

cuando cantaba el zorzal
cuando el oro salía a raudales de su canto
cuando trepaba en los olmos y los pinos
y tocaba las altas palomas y el dorado
tono con que se iba el día
cuando vos y yo aprendíamos en silencio
de su hondo dolor
de su garganta seca y puesta a decir
como quien pare un poema
que todo lo intenta
y atraviesa el plano de la luz
y nos aterraba el enunciado de esa ley
precisa y tremebunda
yo apretaba tu mano
-que me apretaba-

ahora que el tiempo pasa
algunas tardes el zorzal ni canta

deja que irrumpa el vértigo y se pierda
como mirando desde lejos

no es que el dolor se vaya

el silencio toma sus formas más precisas
aprieta el corazón como una garra
no deja ver ni oír
ni deja que lata esa herida que se guarda adentro
tan viva como entera

cuando la sombra del zorzal

© Carlos Roldán