Prosa de Roxana Palacios
Voy a enjabonarme el cuerpo. El agua sopla un aire tibio dentro de mis piernas. He colocado unas gotas de jabón, otras de aceite, bajo la columna que viene del cromo. He colocado, también, unas piedras de sal y de jazmines. Voy a enjabonarme el cuerpo con jazmines.
Removí, sin querer, su voz sobre la toalla. Su voz duele. La he sacado de allí.
Me hundo en esferas que ascienden por las vetas del mármol, seco mis ojos, no la escucho.
Acomodo la toalla bajo mi cabeza. Las piedras se diluyen en pequeñas escamas que comienzan a flotar sobre mis hombros. Voy a enjabonarme el cuerpo con escamas.
De su voz, que está en el borde frío, en la bañera, me quedan los sonidos graves. Los cubro con aceite. Voy a enjabonarme el cuerpo con aceite.
La radio está cerca. La música cerca. Una espuma blanca sube por mi pelo hasta su nacimiento, la voz se ha suspendido allí.
Los sonidos graves, entre mi cuello y el agua, rebalsan el mármol hasta que la música se expande cada vez más tenue; ahora ellos rodean las escamas y el aceite. Los jazmines no perfuman, es su voz la que sopla un aire tibio dentro de mis piernas.
Remuevo la toalla, agito las manos, quiero que la espuma sea bloque impenetrable; rompo las escamas, separo mi pelo de las piedras, busco afianzarme en lo frío del mármol y me hundo.
Respiro. Seco mis ojos, los sonidos graves me derraman, voy a enjabonarme el cuerpo con su voz.
© Roxana Palacios
2 Comments:
Texto sutil, amoroso, erótico...
Muy bueno Roxana.
Un abrazo Gus.
Querida Ro
Sabés que me gusta mucho tu poesía, esta prosa tan intensa, coloquial, aguda y emocional
Un beso enorme
Graciela Licciardi
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