Poema de Hebe Solves
Para hacer un vestido el agua es amplia y no se deja cortar.
Cae sobre el cuerpo y lo cubre y al cubrirlo lo inquieta.
Se piensa en ella como el camino piensa
más en lo que lo cursa que en sí mismo.
La que lo lleva no ha elegido la tela
pero tampoco tendrá que reemplazarla nunca.
Si cae el agua continúa sin pausa
el actor y la escena.
El agua produce engaños en la vista
es un espejo transparente donde el cuerpo
se ve según se mueve.
Y los engaños de ver cómo se mueve el cuerpo
son más claros, más comprensibles
que el cuerpo que se mide para hacer un vestido de seda.
Con el dedo se dibuja el orillo
o el cierre que se abre en una estela
y muestra el cuerpo seco.
Tampoco nadie podría estar vestido
sin temer ni dolerse por el placer
del cuerpo que oculto nos parece perdido.
No se derrama el agua.
Pero en un momento un dedo puede retirarla
para darnos ese llanto tan seco
de estar siempre, por debajo, desnudos.
© Hebe Solves
5 Comments:
Otro metafórico poema de tu serie de poemas de agua, muy bello y original.
Un abrazo Gus.
Muy bello y original, Hebe.
Un cariño grande
María Rosa León
Nada,imaginariamente, más dúctil, con mayor entrega a cada imaginación. Todo lo hace posible. Sus heridas se cierrran inmediatamente, no se la puede remendar, tampoco admite arrugas. Qué maravilla!. Buen tema y bien logrado. Laura.
REcorrí lentamente los versos en los que una costurera-poeta va enumerando los pasos de la confección de un vestido de agua. Maravilloso poema. Me quedo pensando que el agua toma la forma del cuerpo o recipiente en que se la pone.
MARITA RAGOZZA
Querida Hebe:
tu poema es estremecedor en su esencia, pulcro en su erotismo y
además estéticamnte hermoso, como un picaflor que anida en una lira.
Te felicito: das mucho placer.
Abrazos
Marta Zabaleta
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