Poema de Migdalia Mansilla
Cuando la memoria
cuando la memoria
arrastre al olvido
a un lugar desconocido
cuando el pantano sea territorio
donde florezcan las violetas
canten alondras
sobre el lomo de un saurio
cuando ya no exista
la palabra guerra
-mejor aún-
no hayan guerras
cuando el hambre
no sea África
ni el cordón de miseria
que rodea la capital/cualquiera
cuando mi cuerpo
esté presente
y aún así me haya ido
será entonces
cuando el dios de los hombres
guardará en su costado izquierdo
el sobre con mi larga carta
–escrita en dos palabras-
luz y guía de la vida
que tuve alguna vez
© Migdalia B. Mansilla R.
13 Comments:
De deseos, de utopías, de dolor.
Un gran poema.
Un abrazo Gus.
Migdalia: como dice Gustavo... utopías. Hay utopías que, con el tiempo, pueden ser realidad. Otras son parte de desconocer cómo está hecho el mundo. Es como querer que no se maten animales para la subsistencia, cuando fueron hechos para eso en la escala zoológica.
Los mismos animales,como los monos,matan sus iguales siendo herbívoros, para el equilibrio de ellos mismos. Por qué pensar que somos distintos?. Nos olvidamos que formamos parte de esa escala? Lo demuestra el equilibrio de la naturaleza. Gracias por tus comentarios, Laura Beatriz Chiesa.
Querido Gustavo, un mes más juntos, un año más que comenzamos a rondar en tu proyecto de mágicos encuentros en tantas voces.
¡Gracias infinitas por permitirme seguir siendo parte, de tus poetas!
Besos,
Migdalia
Laura Beatríz, tocaya, tus palabras me dejan pensando en lo que con horror siempre he tenido por cierto. Sin embargo, no puedo dejar de expresar mi dolor por África, o por el barrio que queda unas cuadras abajo de donde vivo o al lado quizás. No puedo dejar de sentir pesar por los hombres, mujeres y niños que mueren en guerras, como tampoco por quienes sufren un mal terminal que hace contar los segundos que de vida queda, aunque todos sufrimos el mismo mal desde el momento de la concepción.
Sé , son utopías, mis susurros de deseos, y al final de todo , no es más que un camino para gritarle al amor el amor que siento.
Gracias por tus palabras, por detenerte en ellas y sobre todo por expresar lo que sientes.
Sequiremos leyéndonos.
Un beso,
Midalia
Migdalia: estoy totalmente de acuerdo con tus sentimientos que son los míos y me horrorizo a diario por esas cosas . Pero eso no me quita la visión de la naturaleza que está más allá de los sentimientos personales. Tal vez has entendido que estoy de acuerdo no, nada de eso, pero las leyes de la naturaleza manejan los equilibrios. Yo firmo tu carta, me uno a tus utopías, pero no puedo dejar de ver la realidad.Un abrazo, Laura.
Alguna vez el hombre comprenderá que la utopía puede ser realidad con amor y paz. Quienes hemos estado infructuosamente muchas veces en ello sabemos que no bajar los brazos es guía. Firmo tu carta amiga.
besos
Elisabet
La esperanza no se pierde, y así Migdalia, porque no sumarse a los deseo de lo que la mayoría de nosotros deseamos. La fuerza también está ahí, aunque la realidad nos hunda una y otra vez la cabeza en la sequía. Un abrazo.
Liliana Chavez
Se nos dió las llaves de la tierra a los seres humanos.¿ Qué hemos hecho ? El poema es una gota o un granito de arena , aunque sea, para que no nos sintamos tan solos en las utopías. Todavía estamos en la historia.Felicitaciones, Migdalia,hace bien leer tu poesía.
MARITA RAGOZZA
Adhiero a su carta, querida Migdalia, la de nombre de trino. Me niego, me negaré siempre a perder los sueños, las utopías.
Gracias
Alicia Perrig
No hay guerras justas, aunque algunas, convengamos son inevitables, porque nunca los poderosos sueltan a sus presas por las buenas, y que tu dios, guarde sobre su costado, juanto a tu carta este pecado, leo.
¡Bravo por tu larga carta, Migdalia!
Si todos pudiéramos firmar ese pedido de paz, de armonía en el mundo, seguiremos unidos en ese deseo y en la poesía que lo expresa y nos expresa.
Felicitaciones y un beso grande
María Rosa León
Bravo Mig
Pero nunca perder los sueños las esperanzas
Difícil camino para transitar
desde graciela abrazo
Cara Migdalia, adhiero a tu clamor y coincido con nuestros pares: seguir luchando con nuestra mejor arma, la palabra, que es fuerza convocante.
Un abrazo y felicitaciones.
Elisa Dejistani
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