14.7.09

Poema de Lidia Vinciguerra


Un renacimiento de luz
deja sus marcas en indulgencias vacilantes
y todo vuelve a suceder.
Extensiones apenas visibles del esmero de una araña
dibuja hilos que caen imantados desde el techo.
Ella mira y se le escapan las manos.

(Sustituir un delgado hilo que ocupa ese espacio
por el ojo que aplica sus leyes,
alcanza el mensaje.
Amplifica la naturalidad con que la araña agoniza.)

El espacio legitima su dimensión inicial.

La araña muere.
Ella cambia de sitio
y el ojo redimensiona la tapa de un libro de Clarice Lispector.

En tiempo de traiciones estéticas
la memoria activa páginas que identifican
otros orígenes.

© Lidia Vinciguerra

2 Comments:

Blogger Juan Carrizo said...

La telaraña es un arte geómetrico
aunque se mude la araña,sigue siendo una trampa mortal,la memoria en desuso sin embargo es una trampa para el olvido,abogo tambien por una memoria activa aunada al perdón y la misericordia

22.7.09  
Blogger Liliana V. said...

qué bueno el final.
Liliana

30.7.09  

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