Poema de Carlos Roldán
"Vivere non è attendere che la tempesta passi...
è imparare come danzare nella pioggia."
Vivir no es prestar atención a que la tempestad pase
sino preparar la danza en la lluvia.
Cuando empezó el viento me pregunté si estábamos todos en casa.
Repetí nuestros nombres, uno a uno, y acaso por el torbellino y el estruendo
no advertí que algunos nombres ya faltaban.
Las horas se sumaron y yo en letanía temerosa
había reemplazado los rezos por la lista circular de quienes quería.
Digamos que fue cuando el viento abatía los árboles afuera
y la puerta ya estaba a punto de romperse
que en el oscuro no advertí las faltas.
Horas y horas con el pulso en alto
y la voz cada vez más insegura rodeando los nombres
y otro y otro faltaban acaso yo mismo tampoco estuviera.
Una voz reza nuestros nombres sin rito.
Nadie impedirá que dancemos.
© Carlos Alberto Roldán
6 Comments:
Carlos
quiero felicitar tu texto donde lo tenebroso se convierte en un símbolo de nuestros destinos. Andar entre sombras y tormentas, perder y perdernos, sin embargo, el poeta nombra algo bello que ronda y nos envuelve. Gracias. Eduardo Chaves
"Nadie impedirá que dancemos"...eso es lo importante!
Un abrazo
Creo que en el epígrafe está la clave de tu poema, Carlos: no dejar que ninguna tormenta impida nuestra danza.
¡Genial!
Un gran abrazo con mi afecto y admiración
María Rosa León
La vida va pasando Carlos sin darnos cuenta alli afuera las vicisitudes o abatares cumplen sus designios, unos nacen otros mueren sus nombres son borrados,pero nuestra conciencia no lo admite,es menester que dancemos,la danza de la memoria
Dancemos, hermanito. Ni siquiera hace falta que estemos o que haga buen tiempo para iniciar la danza. Un fuerte abrazo.
Jorge Luis Estrella
Carlos, es notable como juegas con la ambigüedad del texto, con los tiempos paralelos, con lo real y lo irreal. Bravísimo.
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