3.11.09

Poema de Francisco José Malvárez



SILLONES BLANCOS (la foto)

... mi madre y mi padre
sentados uno junto a otro
en dos sillones blancos
en el centro

... quizás, ya era presagio
presunción, altanero ego
en el centro, decía
en el centro de la foto, perpetuándose

... y así parecía
almorcé con mi madre, en su casa
a él lo extrañaba, a mi padre, digo
que hace tiempo murió

... un poquito de tristeza, inevitable tristeza
vino por detrás
y mucha bronca
¡mucha, pero mucha!

... ¡verlos en esta foto
sentados uno junto a otro
sobre sus dos sillones blancos
como que iban a ser para siempre

... pero mi padre murió
sólo perdura la imagen
ahora veo la foto, esa, la misma,
la que estoy mirando

y es mi madre sentada
junto a un fantasma
al que supe decirle papá
sobre esos dos sillones blancos

... más adelante, sin dudar
esta foto ya completa
engrosará los fantasmas de la casa
y la soledad y el desamparo serán más grandes

© Francisco José Malvárez
Foto enviada por el autor

6 Comments:

Blogger Unknown said...

¡Ay, Francisco! ¡Qué ganas de hacerme llorar! Me ha encantado tu poema tan lleno de emoción y de algo que seguramente tocará el corazón de cada uno que lo lea. Esos padres lejanos y perdidos, esos padres tan cerca. Me encantó.
Eduardo Chaves

3.11.09  
Blogger Elisabet Cincotta said...

Francisco, son recuerdos que nos habitan, llegan y abrazan nuestra sensación de desamparo, muchas veces pienso que ese abrazo es tan necesario sentirnos menos solos.

abrazos
Elisabet

4.11.09  
Blogger ©Claudia Isabel said...

uff, este poema me toca profundamente porque es lo que siento cuando veo las fotos de mis padres.
esa tristeza por la ausencia de mi padre y el miedo a otras ausencias, a las que no podemos acostumbrarnos
Un abrazo

5.11.09  
Anonymous Anónimo said...

Creo que nuestros seres queridos nunca parten totalmente de nuestro lado. Quedan en nuestra memoria y en el corazón, Francisco-
Felicitaciones y un gran abrazo
María Rosa León

5.11.09  
Blogger Leonor Mauvecin said...

Antigua ORACIÓN CELTA

No te detengas y llores sobre mi tumba,
No estoy allí, no estoy dormido…
Yo soy todos los vientos que soplan
Y el diamante que brilla en la nieve,
Soy la luz del sol sobre un grano maduro,
Soy la suave lluvia en otoño
Y la tenue estrella que titila en la noche.
No te detengas y llores sobre mi tumba,
No estoy allí, jamás he muerto...

Hermoso tu poema querido amigo , pero lee la oración celta y verás como el cielo es nuevamente azul Un abrazo Leonor

13.11.09  
Anonymous Anónimo said...

Pancho:
gracias por la foto.
Viviana

15.11.09  

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