10.2.10

Poema de Alberto Peyrano


MI SIESTA

La tarde dormita,
tres sauces llorones con sus cabelleras quietas
ya no se resisten,
se rinden al fuego que desde la altura
los torna más viejos y casi sin fuerzas.
Un perro cansado menguó su camino
y se echó a la sombra con la lengua afuera.
Me mira. Lo miro.
Mi siesta incolora quiere mariposas
volando en la calle,
quiere una tropilla de pibes jugando
aquí en la vereda,
quiere una vecina prendida a la radio
que escuche novelas.
Pero en esta calle
donde sólo hay mugre,
donde ya no hay nada,
donde se me muestra incierto el futuro
desde un niño viejo metido entre bolsas
de indigna basura y cartones muertos,
que mama la teta de una madre ausente
perdida en sus nubes, que ya ni lo mira,
donde mi marasmo se suma a la ausencia
de algo que hace un tiempo se llamaba vida,
aquí en esta calle,
recaló el despojo de las cosas simples,
se aturdió el camino de la certidumbre,
pintó las paredes la cruel incoherencia.
El perro se aburre, la tarde declina,
mi siesta termina.

© Alberto Peyrano

9 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hermoso poema; me transporta al cruel caminar de una siesta cruel.

gladis

10.2.10  
Blogger Nerina Thomas said...

Qué maravilla amigo!! esa siesta!!esa realidad de estos tiempos, en las siestas, en las calles, en que un poeta "observa".
un abrazooooooooooo

10.2.10  
Blogger Nerina Thomas said...

Lo leeré al aire amigo, esta madrugada!!! besos

10.2.10  
Blogger Elisabet Cincotta said...

un poema que duele, duele lo perdido, duelo la realidad. Alberto qué bien pintás esa imagen.

besos
Elisabet

11.2.10  
Anonymous Anónimo said...

Querido Alberto: qué placer leerte!
Se cubre de urbanismo esa lírica en la que tan bien plasmás sensaciones y verdades. Qué bello anhelo se respira...ojalá tu voz sea una semilla que florezca... un renacer de esas grandes "cotidianidades" que se nublan con los imperialismos.
Un beso y abrazo enorme!
Mirna Celis.

18.2.10  
Anonymous Anónimo said...

un abrazo
con el afecto
y la palabra
alba

23.2.10  
Anonymous Anónimo said...

Pintura de una siesta de un tiempo que fue, hace mucho, cuando yo era niña. Siesta de barrio humilde, calles con chicos jugando, con vecinos en la vereda... con la pereza de un verano de antaño... Muy buena pintura, si se podría hacer un cuadro con ese poema... pero ya desaparecieron los modelos, sólo se pueden encontrar en la memoria. Y el poema danza, con una cadencia justa...
Buenísimo
Celina Vautier

24.2.10  
Anonymous Anónimo said...

Querido Alberto: Cuánta belleza en el decir dolor de tu poema.
Cadencia y claroscuros del desamparo y el desasosiego.
Un abrazo. Liliana Lapadula

28.2.10  
Blogger Kellypocharaquel said...

Querido amigo Alberto,Mi siesta es muy hondo y otra estupenda creación
tuya.Aplausos!!!

Gracias Gustavo por compartir tantos excelentes trabajos.

Besos
Raquel Luisa Teppich

28.2.10  

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