Poema de Carlos Roldán
no se escuchaba otra canción en el valle
mientras la luz se iba esparciendo como una fragancia y el día
comenzaba a abrazar las númeras cosas
en tanto la princesa huía y su rastro
se desvanecía tras ella como su recuerdo
la voz no la alcanzaba el ufano tacto
que había intentado memorar su cuerpo
equivocaba intensidad y gozo de aquel escalofrío
y aun los ojos ya no veían el trazo
de su figura entorpecidos por el muro de la tristeza
¿un alazán cegado por la luz
por la desesperación por la delicada
música de un zorzal solo en el día
cómo cómo habría de poder alguna vez alcanzarla?
© Carlos Roldán
7 Comments:
Carlos: delicado y elaborado poema, de saludable densidad verbal. Me gustó.
Claudio Simiz
Una descrpción clara y profunda en el sentir del poeta.
Deja una ola de romanticismo en sus versos.
Felicitaciones!!
Carlos, tu poema y sus imágenes me permitieron compartir la vivencia de lo inasible, de lo que termina. Delicia amarga. Muy bueno.
Sim, meu caro Roldán, perseguimos sempre uma princesa inalcançável -mesmo que tenha sido gerada dentro de nós -
seu
Geraldes de Carvalho
Notable poema, Carlos; a través de él, se escucha la voz de la poesía, bella como la música de un zorzal
Felicitaciones
Mariano Shifman
Una poesía llena de utopías como esa princesa inasible.
¡Re-bueno! el poema tuyo, querido Carlos Alberto, te trasmite el adolescente Re-vagliatti, que este año si Dios, Caín y Saramago quieren, se jubila.
En efecto, a partir de cuando eso suceda, basta de minas, copas y reviente para mí: sólo tertulias líricas...
R. R.
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