12.2.10

Poema de Jorge Manuel Herrera


Nación de ritos

En un extraño país
cuyo nombre estoy olvidando
un niño color tierra
vestido de sombras nace
con el cielo en la espalda

Mi memoria encuentra que la muerte
no es un fenómeno de espanto
sino un haz de tiza que diluye lento
sobre la orbita del poderío

¿Por qué este país es como ningún otro?
no lo siento repleto de cuadros de familias
con caminos que bajan de las montañas
y almendros que hinchan en sus tardes

Ciego de tacto hago por imaginar
que cada ciudadano es un libro
releído por los pájaros y el viento

En ese país
cuyo nombre no recuerdo
pasa que los árboles se vuelven
adultos desde plantas
la luna se convierte en plomo
y cae a la par del propio vacío
que la recibe entre sus brazos

© Jorge Manuel Herrera

3 Comments:

Blogger Unknown said...

Desolador tu poema y hermoso.Me encantó el modo en que nombra a estos niños vestidos de sombra, con el cielo en sus espaldas y a la muerte como un haz de tiza que se diluye sobre un poderío que no mira más allá de su poder.Muy profunda tu reflexión. Un abrazo.Amalia

12.2.10  
Blogger galáctica said...

Un poema doloroso y que plantea el dolor desde lo humano, o más bien, "lo inhumano".El cuadro es aún más desgarrador cuando se opera desde lo que no es, y se nombra lo que pudo haber sido("con cainos que bajan de montañas y almendros que se hinchan en sus tardes).La infancia sin esperanzas, y el ojo del poder que no tiene piedad se nos acercan en la luna de plomo. Un gran poema, una clara denuncia.Irene Marks

13.2.10  
Blogger Unknown said...

Gran poema, Jorge!
Un placer de veras.
Saludos.

17.2.10  

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