Poema de Ariel Mégevand
Ruinas
Volcado encima de este valle, el sol
día tras día sueña con rincones
de sombra donde el tiempo late manso
entre paredes que niegan el verde.
Pero aquí es verde el jugo de las horas;
es imposible sostener el blanco;
todo lo rojo echa raíces negras.
Sólo las ruinas quiebran el instante.
Las ruinas son bosquejos de una fábula;
acá no existe historia ni futuro;
el único recuerdo es el presente.
Pero el presente es un abismo verde.
Yo quisiera pasar la muerte aquí,
mezclado en el olor de la espesura.
© Ariel Mégevand
8 Comments:
Bienvenido Ariel a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicado.
Saludos, Gus.
El verde es el color de la esperanza, todo puede andar mal pero la esperanza existe. Singulares y atractivos versos. Desde el Perú, te saluda Julia
Muy bueno tu poema, Ariel. Bellas imágenes sensoriales y profundas significaciones.
Felicitaciones y un gran abrazo de bienvenida
María Rosa León
Bienvenido Ariel me gustó mucho este poema, tan pleno de imágenes y un profundo sentido sobre el tiempo y la muerte.Quedarse allí para morir. Muy bello!
Saludos
Amalia M. Abaria
Bienvenido, Ariel, tu poema es como una pintura de paisaje donde el color trasciende su significado, en una amplia metáfora de la vida y de la muerte. Abrazos.
Muchas gracias a todos por la bienvenida y por las opiniones. Un placer estar acá.
Ariel
Bienvenido a este espacio lleno de palabras y poetas.
Muy bien logrado sin duda.
Felicitaciones!! un saludo
Ariel:un poema donde el verde del cosmos y las raíces negras de lo rojo nos llenan de vida, de "savia de las horas". Las imágenes, de gran fuerza, la presencia de las ruinas, el juego entre el tiempo y el espacio, y la elección de la propia muerte en la naturaleza(¡qué hermoso!) como quien se confunde con el verde y el cielo, como quien se recicla o se disuelve.Este poema lleva en sí una gran magia, pese a estar en una forma poética que confieso no me agrada para la poesía actual ya que el soneto en general suena muy forzado a mi entender para un alma del siglo XXI.Sin embargo, lograste que olvidara que era un soneto, lo convertiste en natural de tal forma que también me disolví en tus palabras . Excelente Irene Marks
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