Prosa de Fernando Trejo
Entre la finitud del día, entre la languidez del tiempo, no hay casa más opaca que esta casa donde tú, Carolina, no colocas tus manos en la puerta de entrada. Aquí no hay nadie más que esta pesada ausencia de tu boca, de tu voz que alumbraba los pasillos, de tu sazón inmaculado a las doce del día. Ya es tarde para esta luz endeble que extenuada, sin ti, se mete a derretir entre tus sábanas.
© Fernando Trejo
2 Comments:
Y no está. No está.
Besosssss
Muy buen poema! Y me sorprende leer el nombre de la persona a la cual el poema se dirige. Lo hace directo, potente al poema.
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