14.8.10

Poema de Carlos Roldán


Íbamos cantando

Cuando ocurría, como que en combate
Y por sorpresiva suerte, única vez para contarlo,
Unos pocos triviales y hasta débiles,
Tomaran un poco más firmemente sus espadas
Y dañaran con ellas allí donde preciso, así, dando un golpe
Y a escena, el sol ubicaba su altanera luz
En el centro mismo del cielo, pero, para el humano gozo,
Allí en el horizonte, como si posible,
En ese entonces diario, tal vez aborrecible
-la vida esta sustancia amorfa, con su dejo
De sumaria melancolía- vimos nacer la luz,
Y aún nombrarla.

Qué ramalazos de congoja y pérdida,
Qué nostalgias de orden perdido para siempre.
Nuestro fue el paso y la premura,
Y la emprendimos con forzada marcha.

© Carlos Roldán

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¡Bravísimo, Carlos!
Una maravilla tu poema, un canto valiente y un ir cantando aún en los más difíciles momentos de la vida...
Aplausos, bises y besos
María Rosa León

16.8.10  
Anonymous Anónimo said...

Dejo que el poema me llegue.Me encantó eso de que el sol ubicaba su altanera luz. Muy bueno.

Un abrazo

Lily Chavez

17.8.10  
Blogger Liliana V. said...

Que bueno ese final Carlos; como siempre tu poesía atrapa. Un beso grande.
Lili

20.8.10  
Anonymous Anónimo said...

Asi se ha de ir por la vida: cantando a pesar de la derrota, cantando aunque el corazón duela, y el canto nos marcará el paso. Que ser valiente no es no tener miedo, sino vencerlo.
Celina

20.8.10  
Anonymous Anónimo said...

Muito belo e valente.
Só com muita valentia
podemos suportar
a vida.
Geraldes de Carvalho

20.8.10  
Blogger ©Claudia Isabel said...

Carlos, excelente poema!

21.8.10  

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