Poema de Mario Z Puglisi
A través de este cielo.
El sol es una piedra de metal ignoto
en nosotros deposita sus semillas ambarinas, nos pule, nos recrea,
náufragos de alma, despistados
miramos momentos de paz en este aire azul que es el cielo
en este aire inmenso
y nuestros sueños danzan cálidos
y con ellos, entre ellos, nos vamos escapando
de lo poco de creación que queda
en nuestros cuerpos.
Aprendí a amarte en este clima
que en mi corazón extranjero siembra árboles
y siembra penas,
Aprendí a mirarte por las tardes bajas
por las mañanas de humo, a mirarte
con unos ojos sordos y asustados de amor.
Eras mía entre las flores de azafrán,
entre patos de lirio y agua tibia,
éramos nosotros letras rebeldes
en las páginas húmedas de Chapala
y en sus calles llenas de agostos;
en sus peces de siempre, de siembra marina en agua dulce
que suspende su hervor por reflejar nuestros rostros fantasmas
nuestras vidas entre campos y millas de sueños que
se han roto .. (por amor, never ever drink it again.)
El amor pretendía ser un secreto
entre los dos, ser un amor de insectos rojos
de niños jugando a la peregrinación nocturna
ser una especia rara de amor,
uno sin nombre definido, uno de nubes,
de espacios vacíos.
Aprendí tantas cosas siendo presa de tus ojos:
a implotar en estos corredores de tierra
a escuchar tu voz en las ondas de agua
quemado de ausencia,
sembrado de ámbar solar en tregua
con besos amarillos en la piel,
y por fuera, en la lente de la noche
Marte brilla más de lo que brillan los planetas
parece tambalearse con las mareas del viento
constante, .. fresco, .. el gigante cursivo.
La primera frase de la luna tierna
era para el lago donde nos tocábamos inmersos
en la cuesta matutina, en la leyenda de la vieja
en el puente de amor concreto que tendíamos
entre nosotros y el resto del destino conocido.
Eras mía, insisto, justo
donde todo se oscurece, los matorrales y la muerte,
y el silencio se hace público
porque recorre vecindarios atestados de vecinos;
eras mía en esas playas
en esos lastres, a la hora en que
la piel se derretía; eras mía y a través
de mí eras de todo, de los abuelos de esta tierra
de la cortina del viento, de la grava
y de la pesca,
de esta noche azul que sigue siendo el cielo.
© Mario Z Puglisi
7 Comments:
Bienvenido Mario a éste sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicado.
Sí pido se comente a otros para permanecer en el sitio.
Saludos, Gus.
Una réplica del universo QUE NOS
MUESTRA SUS COLORES, OLORES, ENTRE SU OLEAJE DONDE EL AMOR,NATURALEZA SE TRANSFORMA NE UN PARAÍSO. UNA HERMOSA POSTAL DE LA ANTURALEZA FRENTE AL HOMBRE Y UN CIELO QUE COBIJA NADA PARA OLVIDAR!
HERMOSO ESTA PROSA POÉTICA
GRACIAS POR ACECARTE JUNTO A LOS POETAS CONTEMPORANEOS AL QUE YO PERSONALMENTELLAMO
"EL PARAÍSO DE GUSTAVO"
LIDIA CARRIZO
Coloquila y bella tu poesía, porque yo creo que no porque escribas sin dividirlo en versos, deja de ser lo que es: Poesía.
Un abrazo y bienvenido,
Silvia Loustau
!bienvenido, Mario,!
Lirismo y nostalgia. Poema lleno de imagenes.
Saludossssss
Hola Mario , me gustó tu poema , esa nostalgia del bien perdido Un abrazo Leonor
Qué bueno, Mario, me encantó leerte.
Va un abrazo
Betty
bienvendio MARIO, un placer contar con tu escritura
saludos
Anahí Duzeich Bezoz
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