Poema de Marta Lía Brossa

“Pequeños placeres”

Respiro hondo en la mañana mientras abro la ventana
invitando a la vida a entrar en casa,
estreno la aventura de jugar frente a espejos al paso,
los que invariablemente me devuelven arrugas,
ensayos de vampiresa,
ojos vivos sin maquillaje;
recibo aromas inconfundibles
a café con tostadas, manteca, dulce de mandarinas del campo
con memoria de niña trepando en ese árbol,
los que anticipan el desayuno sobre la mesa dispuesta,
ya con hilos de sol sobre las blancas tazas
y pétalos que se descuelgan del florero,
mis oídos se llenan con un simple ¡Buen día!,
mientras los ojos buscan sonrisas entre el humo,
cercanos están mis desvelos: fotos de hijos y nietos,
la bolsa de las lanas esperando ser bufandas de colores
con la complicidad de mis manos y los sentidos que acumulan
esas pequeñas grandes cosas de la vida,
las que vuelven en la entrega de un millón de actos hermosos
cada día, casi siempre, casi sin darme cuenta o sí...

© Marta Lía Brossa